Todo el mundo comenta: "joder que suerte!" la casa para tí, no tienes que hacer la cama, etc.
Vanalidades absurdas y teorías que luego no se cumplen (algunas sí), estar solo en Madrid en verano puede ser tan divertido como tú quieras plantearlo.
La primera sensación cuando dejé a la peque con Sara alejándose en el espejo retrovisor se fue emborronando porque estaba a punto de llorar.
El momento de la despedida fue muy duro. Tu hijo abrazándote diciéndote que no te vayas y Sara con ese rictus en la cara imperturbable con el que no sabes ni no siente o padece.
Al menos el fin de semana fue interesante, respiré aire puro y disfrute de los olores del campo ya que no necesité encender el "air conditioning" del coche por la temperatura y según pasaban los kilómetros los olores iban cambiando: paja recién cortada, pinos rebosantes de resina, frescor del río con agua más bien tirando a fresquita... y todo ello aderezado con una carretera de montaña con apenas tráfico en la que disfrutar de una de mis aficiones favoritas: conducir.
Todo esto hizo que al menos, cuando me tumbé en la cama, solo en casa, con un calor de mil demonios, al cerrar los ojos pudiera recordar todo lo que había disfrutado en la sierra y ventilador mediante conciliar el sueño.
Una de las cosas buenas es que si te surgen planes sobre la marcha no tienes ningún pretexto para evadirlos y claro está, después de que tu hermano pequeño y tu primo mayor vienen a buscar a la ofi para invitarte a comer, no puedes decir que no y la jornada que comenzó a las 5:45 AM se alargó hasta las 23:55, con paseo toda la tarde por el zoo, cervezas, cena informal, más cervezas y para terminar chupito de Jack Daniel's en un bar de heavies que no sabía que existía...
Aunque no soy de salir de bares ni de copas, no me sentó nada mal la excursión del día anterior y al día siguiente volvimos a irnos de tapas por el centro.
Las terrazas estaban llenas, era difícil encontrar una mesa libre, pero si algo sobra en España son bares así que probamos suerte en otro y otro hasta que me di por satisfecho y me retiré a tiempo.
He de confesar que no me da tiempo a hacer la cama antes de irme (madrugo mucho y apuro al máximo) pero no me gusta hacer un "cuerpotriste" todas las noches y lo primero que hago cuando me pongo cómodo en casa es estirar las sábanas y ventilar toda la casa.
Este otro finde me fui a la sierra con mi suegro. No me gusta viajar en su furgoneto, es incómoda hasta decir basta y no consigo pillar la postura para poder echar una cabezadita, pero bueno, es el peaje para ver a tu peque un par de días y poder ver lo bien que se lo está pasando jugando con sus amiguitos corriendo de un lado a otro.
A ver que nos depara esta semana
¿Chupito en un bar de jevis? Mola... Está genial que de vez en cuando nos dejemos llevar; a mí me encantan los "cafés largos" en los que empezamos con un cafelito tranquilo después de comer, comentando nuestras míseras vidas y acabamos a las tres de la mañana en un local con house a saco.
ResponderEliminar