miércoles, 19 de enero de 2011

Presión

Otro de los temas que me tienen la cabeza loca es la presión.

La presión a la que estás sometido cuando hay un problema y ves que no se le encuentra solución, y lo más triste, cuando ves que la otra parte tampoco tiene ningún interés por encontrarla, y se conforma y se convive de aquella manera, con esa tensa calma que en las pelis precede a la tragedia... esperemos que esto no me ocurra a mí, por lo menos por mi parte no hay ninguna intención de salir en ningún noticiario sensacionalista, pero, y en esta parte podéis llamarme cursi, me encantaría salir el "Diario de" contando que he pasado una crisis existencial y que ya todo es agua pasada.

Tengo que añadir algo de humor a mis entradas.

Yo soy así, un tipo alegre que se ríe de su propia sombra, aunque esta última temporada no lo parezca, la gente que me conoce sabe que lo estoy pasando mal, que se me nota en la cara, en la mirada, en las lágrimas fáciles que me brotan sin que me de cuenta, pero es muy duro pasar por mi situación.

Y lo más importante es que con esta presión en cuanto tienes un rato le das vueltas a la cabeza, pensando en lo único y más importante ahora mismo en tu vida y eso te afecta, afecta a tu día a día, te cambia los hábitos, incluso te cambia hasta el sueño: yo antes era un ceporro que me metía en la cama y no llegaba a contar tres ovejas y ahora veo manadas de ñus desfilando por el Masai Mara... o también se producen situaciones de alto riesgo para tu vida cuando vas pensando en la movida del día anterior y casi no te da tiempo a frenar tu coche a las puertas de un atasco de los que se montan en nuestras carreteras...



Estoy acostumbrado a trabajar con presión, mi trabajo es así , unos días no llegas y otros días estás relajado e incluso aburrido, pero vivir con presión es lo peor que me ha pasado hasta ahora en la vida.

martes, 18 de enero de 2011

Supervivencia

Voy a hacer un descanso de la historia... estas fiestas no me han sentado nada bien.

Quizás sean las primeras navidades que no he disfrutado de los días de descanso, no he disfrutado el tiempo que he compartido con mis seres queridos (y no tanto) como tampoco he disfrutado con la ilusión de comprar regalos, esperar qué me ha traído Papá Nöel o los RRMM...

Hoy estoy de bajón, mi situación está estancada, no veo avances y tampoco fuerzo el retroceso, he llegado al punto de conformismo, me da igual todo y lo único que quiero de momento es sobrevivir.

Ese instinto de supervivencia que nos sale a todos por naturaleza es lo que me hace levantarme cada mañana, porque con el panorama que tengo en casa casi lo que más me apetece ahora es irme a la oficina y desconectar.

Cuánto echo de menos el ser un niño y no tener ninguna complicación en la vida, tan sólo ir al cole. Mamá o papá te dan todo lo que necesitas, la vida pasa y es el momento que más disfrutas, no eres consciente de los problemas que tienen los mayores.

Y los problemas no son sólo las dificultades que aparecen al vivir la vida, sino los problemas que nos encontramos porque han sido forzados por el camino. La vida es dura de por sí, pero nosotros la complicamos, casi sin darnos cuenta, dando pasos en falso, aunque por otro lado creo que la vida es eso, las cosas buenas y las cosas malas que te van pasando.

Creo que el fallo ha sido meternos en un círculo en el que la fuerza centrípeta no nos ha dejado salir... siempre lo mismo, las mismas caras, las mismas cosas... así día tras día, mes a mes, año tras año... y mi espíritu aventurero se ha ido apagando... ya sé que me hago mayor, pero no quiero renunciar a las cosas que he hecho durante toda mi vida y que cada día echo más de menos.

jueves, 13 de enero de 2011

La acampada donde surgió la chispa

Quedamos un sábado antes del "evento" en mi casa (mis padres solían escaparse los fines de semana a la playa) aprovechando que estaba solo.

Intenté quedar guay como anfitrión y compré bebida y preparé un piscolabis (me encanta esta palabra) para organizar la acampada... cuando nos íbamos Mario y yo bastaban unos sacos, esterillas, una nevera y poco más... cuando vas con chicas las necesidades son otras: colchón hinchable, archiperres de cocina, sillas, mesas, y un largo etcétera que hizo que tuviéramos que coger un remolque para evitar ir en 10 coches...

Esa tarde conocí a Sara.

Al final en un barrio no muy grande todo el mundo conoce a todo el mundo, pero jamás había hablado con las amigas de Lara. La sorpresa fue agradable, porque aunque en principio pareció muy seria y poco comunicativa, según avanzaba la tarde, empezó a participar en la organización y me pude dar cuenta de que sabía de lo que hablaba... las otras amigas eran totalmente urbanitas pero Sara conocía el tema de la acampada.

Mario estuvo perdido un rato con Lara, supongo que él en ese momento sólo pensaba en comprar condones para el puente, se lo perdoné, aunque me sentó un poco mal al principio tener la responsabilidad del grupo, pero luego uno que es muy protagonista, le coge el gusto y se sube el ego cuando alguien reconoce un trabajo bien hecho.

martes, 11 de enero de 2011

Amistades peligrosas

Pasaron meses y un día que una antigua amiga se quedó sin plan (y sin novio ese finde) salió con nuestro grupo de amigos, entre los que se encontraba mi compi de andanzas por el campo.

No sé si fue por despecho, porque le gustaba o yo que sé el caso es que mi amigo se enrolló esa noche con mi amiga.

Me consta que se volvieron a ver entre semana, aunque hasta el fin de semana siguiente no pude comprobar que fue cierto.

A la salida de nuestro bar favorito (todo el mundo tiene un bar donde comenzar la fiesta), estaba el novio de mi amiga para pedir explicaciones.

Era (y supongo que lo seguirá siendo) un tipo violento de esos que no se amedrantan ante nadie y tras un par de empujones y muchos gritos parece que la vena se le deshinchó y todo se quedó en eso... bueno en eso y en que aparte de ser un chulo era un cornudo, de lo cual me alegré porque tampoco es que él no hiciera lo mismo cuando mi amiga salía con sus amigas.

Tras unas semanas de "separación" una víspera de puente mi amiga se puso en contacto conmigo para hacernos una propuesta: "¿Queréis veniros Mario (nombre ficticio) y tú de acampada con nuestro grupo de amigas?"

No tuvimos que pensarlo mucho, Mario porque pensó con su "otra" cabeza y a mí no me importaba hacer nuevas amistades...