martes, 8 de marzo de 2011

Don't stop the music

La música forma parte de mi vida.

Y no porque toque algún instrumento, que ya me gustaría, sino porque en todos los momentos importantes de mi vida ha sonado una canción que ha marcado un antes y un después.

Ya desde pequeño le cogíamos a papá un pequeño grabador y nos poníamos a cantar y a decir tonterías mi hermano mediano y yo... nos lo pasábamos genial poniendo voces y cantando las canciones de la época.



En el coche siempre sonaban los últimos éxitos de la radio (mi padre no es futbolero) y recuerdos los largos viajes a la playa en verano con mucho agrado.

Más tarde, cuando obtuve mi primer trabajo, como tenía que desplazarme a Madrid y el camino era muy largo me pillé un walkman.



Ahí empezó realmente mi inquietud por tener música (para mí) indispensable en toda buena discoteca.

Todos los meses iban cayendo CD's y lo que empezó con cuatro cubos apilables (comprados en Carreful) se tuvo que convertir en una estantería artesana fabricada por mi tío.

Y así fueron pasando los años... hasta que apareció internet.

Entonces el tema de la piratería no estaba tan extendido como ahora, éramos pocos los que teníamos acceso a la red y menos los que navegaban por página extranjeras buscando uno u otro disco.


Yo seguía comprando discos, no penséis que ya pasaba de aportar a la SGAE, lo que pasa es que algunos cd's de importación que me costaban una pasta los conseguía más rápido y más barato ;-)

La música siempre ha ido ligada a mis viajes en coche.

Un buen radiocassette (ahora radio cd con mp3 y USB, jejeje) con cargador de discos, unos buenos altavoces y una buena música escuchada en buena compañía era lo único que pedía.